Imagen tomada del libro Los puentes abiertos de Urbano Martínez Carmenate |
Félix Tanco Bosmeniel fue un escritor, novelista y hombre con notable espíritu abolicionista de origen colombiano. “Nació en Santa Fé de Bogotá en noviembre de 1797 pero se radicó desde niño en Cuba, aquí se formó y educó su gusto literario” (Calcagno, 1878). Tanco se estableció en la ciudad de Matanzas como administrador de correo desde 1828 y fue amigo de Domingo del Monte. Desde 1819, asistió a sus tertulias y mantuvo con él una copiosa correspondencia.
Sus criterios singulares lo llevaron a polemizar muchas veces con distinguidas figuras de su tiempo. En 1844 estuvo encarcelado por abolicionista. Colaboró en numerosas publicaciones periódicas, como El Plantel, Revista de la Habana, La Aurora de Matanzas, El Amigo del Pueblo, Brisas de Cuba, entre otras.
Ejemplar del periódico La Aurora correspondiente al 27 de enero de 1829, aparece Félix Tanco en p.4 |
La narrativa matancera del siglo XIX comienza a dar pasos más firmes hacia 1838 con los proyectos de Félix Tanco Bosmeniel. Este, fue miembro de la Diputación Patriótica (1) y redactor del periódico La Aurora, cuyas páginas utilizó para intervenir en la polémica desatada por Ramón de la Sagra (2) y José Antonio Saco sobre la poesía de Heredia, en 1829. Tanco fue un poeta ocasional, sin embargo, tiene reservado un sitio en la narrativa.
Sus pasos iniciales en este género coinciden con los primeros esfuerzos hechos en la colonia por crear una literatura que abordara la tragedia social de la esclavitud. En esa encrucijada sobresalió la prédica delmontina, impulsora de la mayoría de las obras sobre el tema producidas en este periodo. (Martínez, 2007)
El 31 de julio de 1838 terminó de escribir su novela Petrona y Rosalía, de tema antiesclavista que desde ese mismo año circuló manuscrita. En carta del 20 de agosto de este propio año confesaría que se trata “(…) de una pintura horriblemente verdadera de nuestra sociedad y de nuestras costumbres privadas (…)” (3). En 1925, esta novela apareció publicada en la revista Cuba Contemporánea. Esta obra formaba parte de una serie de novelas titulada Escenas de la vida privada en la Isla de Cuba.
Poco tiempo después anuncia haber comenzado un segundo relato: El hombre misterioso, que demoró tan solo dos semanas en redactarlo, hecho que indica que en la prosa trabaja con mayor celeridad que en la poesía y también se le descubre con mayor entusiasmo. Él mismo afirma que sigue el modelo de Balzac pero no como patrón absoluto.
Refiriéndose a sus producciones, Tanco las clasifica indistintamente como cuentos y novelas. Sus contemporáneos, después de leerlas no le contradicen en ningún momento. En verdad, las novelas de Tanco son “piezas excéntricas en su contexto. Una de sus características más sorprendentes es que rehúyen las clásicas descripciones al estilo romántico-costumbrista (…) y lejos de inflar el relato con párrafos atiborrados de adjetivos melosos o de frases sentimentales, su escritura se nos presenta escueta, sencillísima (…) Desde ese ángulo es una prosa que muy poco tiene que ver con el siglo XIX: solo el contenido ideológico legitima su contemporaneidad”. (Martínez, 2007)
En 1869, Félix Tanco se trasladó a Nueva York siguiendo a sus hijos, relacionados con el movimiento revolucionario. Usó los seudónimos Elezio Cundamarco Frías, Un habanero, Un suscriptor al Plantel, Veráfilo y Los dos lógicos, este último en colaboración con Blas de Osés (4).
Las dos noveletas que han llegado a nuestros días, Petrona y Rosalía y El Hombre Misterioso, abordan problemas sociales candentes en la sociedad colonial: “en la primera el trágico asunto de la esclavitud; en la segunda la hipocresía y la corrupción entre los ministros de la iglesia. Otras novelas extraviadas del propio autor se acercan a temas álgidos: en Historia de Francisco o El lucumí, los desgraciados avatares de un negro esclavo; en Los Bandoleros, la podredumbre que representaba al sistema judicial de la Isla” (Martínez, 2007)
Notas:
(1) La Diputación Patriótica de Matanzas se creó el 30 de mayo de 1827 y era la filial en esta ciudad de la Real Sociedad Económica Amigos del País. Esta corporación fue fundamental, pues impulsó el desarrollo de la ciudad en distintas esferas, sobre todo en el ámbito de la ciencia y la educación.
(2) Ramón de La Sagra: (8/4/1798, España- 25/5/1871, Suiza) Naturalista y economista español. Durante su estancia en Cuba realizó estudios científicos, particularmente sobre las ciencias naturales en el Siglo XIX. Creó y dirigió el Jardín Botánico de La Habana y la Institución Agrónoma de la Habana.
(3) Carta de Félix Tanco a domingo del Monte. Matanzas, 13 de febrero de 1836. Centón epistolario de Domingo del Monte, t VII, p.51.
(4) Blas Osés: Desde 1830 miembro de la Real Sociedad Patriótica y en 1834, fue miembro de la Comisión Permanente de Literatura. Colaboró en el Recreo de Las Damas, de Heredia, en 1821, aunque en ese año se hallaba en México; luego en la revista Bimestre y en otros. (Calcagno, 1878)
Fuentes consultadas:
Alfonso Portillo, Pedro Antonio (1854). Memorias de un matancero. Apuntes para la Historia de la Isla de Cuba con relación a la ciudad de San Carlos y San Severino de Matanzas. Matanzas: Imprenta de Marsal y Cía. 63 p.
Calcagno, Francisco (1878). Diccionario biográfico cubano. New York: Imprenta y Librería de Ponce de León. 727 p.
Centón Epistolario de Domingo del Monte. Carta de Félix Tanco a Domingo del Monte. Matanzas, 13 de febrero de 1836, t VII, p.51.
Instituto de Literatura y Lingüística: Diccionario de la Literatura Cubana. (1980-1984). t II. Ciudad de La Habana: Editorial Letras Cubanas. p. 735-778.
Iznaga Beira, Diana (1987). La burguesía esclavista cubana. La Habana: Editorial de Ciencias Sociales. 288 p.
Labraña, José M. (1940). La prensa en Cuba. En: Cuba en la mano. La Habana: Enciclopedia Popular Ilustrada. p. 649-786.
Martínez Carmenate, Urbano (2007) Los puentes abiertos. Matanzas: Ediciones Matanzas. 279 p.
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