domingo, 31 de mayo de 2020

Requiem por Byrne y Acosta

Bonifacio Byrne Imagen tomada de http://www.radio26.cu/media/2017/03/260px-Bonifacio_Byrne.jpg
Imagen tomada del libro de Adolfo Dollero

Matanzas, ciudad de poetas. No por gusto te has ganado ese epíteto. Quiso la casualidad o el destino que fueras la cuna de dos de nuestros Poetas Nacionales.
Bonifacio Byrne Puñales y Agustín Acosta Bello, son dos poetas distantes cronológicamente pero unidos de corazón por varias causas. En primer lugar ambos son matanceros, los dos oriundos del barrio Pueblo Nuevo y los dos cantaron a la bandera cubana.

domingo, 24 de mayo de 2020

Avatares de una biblioteca


La Biblioteca "Gener y Del Monte" se encuentra ubicada en la ciudad de Matanzas. En la actualidad, está situada en una de las calles más céntricas, frente al Parque de La Libertad y constituye una de las edificaciones más atractivas del centro histórico de la urbe.

Al año siguiente de establecerse la Diputación Patriótica era interés primordial la creación de una biblioteca pública en la ciudad, para esto fue necesario el empeño de José Agustín de Ibarra, Juan Bautista Ponce y Domingo Lamadriz –todos miembros de la diputación matancera-. Además la localidad debe agradecer al prestigio de personalidades como Tomás Gener y Domingo del Monte, – a mi juicio- mecenas del territorio yumurino, que sin haber nacido en Matanzas hicieron posible este empeño y convirtieron la ciudad en un lugar de gente culta.
La Biblioteca Pública de la ciudad de Matanzas, es el resultado del trabajo y la constancia de personas ilustres. Fue el presidente de esta Diputación Patriótica, José Agustín de Ibarra, quien propuso la creación de una biblioteca. La fecha de su fundación se remonta al 4 de julio de 1833, inicialmente se había ubicado en la residencia del bibliotecario y contaba en ese momento con un fondo inicial de 635 volúmenes. Sin embargo este proyecto estuvo obstaculizado durante algunos años por la falta de un local apropiado, situación que se solucionó a principios de 1835 gracias a los notables esfuerzos de los ya mencionados Tomás Gener y Domingo Del Monte.
El periódico La Aurora de Matanzas recoge el acontecimiento en su edición del 8 de febrero de 1835 (…) “Nuestra Diputación Patriótica concibió desde mil ochocientos veinte y ocho el proyecto de establecer una biblioteca pública (…) hasta que al fin ha logrado realizarse (…) el domingo 8 del corriente merced a la actividad y celo de (…) don Tomás Gener”.  (La Aurora, 10 de febrero de 1835)
     

La segunda de las tres bibliotecas públicas, fundadas en el período colonial cubano, abrió sus puertas al público como resultado de la perseverancia y voluntad de intelectuales y personalidades de la ciudad de Matanzas pero cerró el 19 de febrero, a sólo 11 días de su apertura, debido a las férreas políticas del Capitán General de la Isla, Miguel Tacón, quien no vio con buenos ojos la creación de una biblioteca pública sin el consentimiento de su gobierno y el de España.
El 12 de marzo de 1835 reanudó sus funciones la Biblioteca de Matanzas, y permaneció abierta durante 16 años para ofrecer sus servicios a un limitado círculo de lectores de clase acomodada.
En 1851, la construcción de un nuevo edificio para el ayuntamiento matancero repercutió en el desalojo de la biblioteca del local que había ocupado hasta esa fecha. Los libros fueron trasladados hacia la residencia del Regidor Don Blas de la Cruz, y la ciudad de Matanzas quedaría nuevamente sin biblioteca por espacio de 13 años.
La biblioteca reabrió en 1864 y por poco tiempo pues en el año 1868, se produce el estallido independentista que dio inicio a la Guerra de los Diez Años, estos acontecimientos nublaron una vez más  el normal desarrollo de la institución.
Después de las guerras de 1868 y 1895, un nuevo plan de reapertura de la biblioteca fue puesto en marcha. A finales de 1898 el Doctor Eduardo Díaz Martínez, director del Instituto de Segunda Enseñanza y gobernador civil concibió la idea de reabrir la Biblioteca Pública de Matanzas y anexarla al instituto, lo que fue aprobado por la Diputación Patriótica y fue nombrado bibliotecario Carlos Manuel Trelles, quedaría situada en los bajos del propio instituto, que por esa época era en la calle Jovellanos #4

Trelles contribuyó notablemente al cambio favorable de esta institución y logró, por concepto de donativos, principalmente, incrementar el fondo bibliotecario a la cifra de 12 400 volúmenes, a finales de 1899. A pesar de que en el período de 1898 a 1912, el crecimiento de sus fondos evidenció el avance de la Biblioteca Pública de Matanzas.
La reanimación económica de la biblioteca llegó en el período de 1906-1907. Por primera vez, desde su creación tenía un respaldo oficial del gobierno, al incluirse en el presupuesto económico del país para ese año y se mantuvo así durante la etapa republicana.
El 27 de febrero de 1940, la Asociación de Amigos de la Cultura Cubana promovió la imposición a la biblioteca del nombre Biblioteca Pública Gener y Del Monte, para saldar así una deuda histórica de los matanceros con los creadores de esta institución en la ciudad. En 1942, la Biblioteca Gener y Del Monte se reinstaló en una nueva edificación en la que permaneció hasta 1963. Desde 1963 esta biblioteca fue trasladada hacia el antiguo edificio del Casino Español de Matanzas, en donde se encuentra en la actualidad.
Hay que añadir además que los servicios de biblioteca pública de Matanzas  se ven incrementados con la inauguración de la Biblioteca Ramón Guiteras el 26 de junio de1955 que se caracterizó por lo novedoso de sus colecciones y la atención a la población infantil.

domingo, 17 de mayo de 2020

Escaleras al cielo



Matanzas, ciudad con una geografía caprichosa, privilegiada -diría yo- lo tiene todo: ríos, valles, una hermosa bahía y por si fuera poco tiene cuevas, muchas cuevas. Pero hoy no quiero referirme a los atributos naturales, hoy quiero descubrir sus paisajes urbanos y específicamente sus calles-escaleras. No, no me equivoco. No me confundí con Padre Pico en Santiago de Cuba, continúo hablando de Matanzas. Y sí, en Matanzas también tenemos calles- escaleras. He aquí la historia. 
 
 Foto por: Adrián Juan Espinosa
El Patronato Pro Calles de Matanzas fue una organización dedicada al mejoramiento urbano de la ciudad de Matanzas y se destacó por su aporte desinteresado a la urbe. El nombre con que se dieron a conocer públicamente fue Patronato Pro Calles de Matanzas, aunque rápidamente se identificaron como “Los mil” o “Columna de los mil”. Entre los años de 1942 y 1948, que fueron los de mayor actividad del Patronato, se llegaron a asfaltar por gestión de este un total de 267 cuadras y se comenzó además la construcción del Parque Watkin.
Además de la pavimentación, el Patronato se preocupó por el correcto drenaje de cada una de las cuadras asfaltadas y en las cuadras de la parte baja de la ciudad hubo de acometer además obras de alcantarillado para el drenaje de las aguas.
Es en este contexto y como complemento del parque Watkin es  que se realizó la construcción de la escalera de Jesús María, sin dudas la más hermosa de las calles-escalera de Matanzas, con una longitud de 120 metros que salva un desnivel de 40 metros desde la base a lo alto.  Posee 121 escalones con 10 terrazas o descansos intermedios, y está dotada de un conveniente sistema de drenaje pluvial por medio de un alcantarillado lateral.
Esta vía presenta además parterres intercalados y en su cima un balcón que ofrece una de las más bellas vistas de la tricentenaria localidad matancera.
Matanzas dispone en total de siete escaleras insertadas: dos en el barrio Matanzas, y cinco en Versalles. Fueron un invento tardío y casi periférico, lo que explica que muchos no las conozcan y otros jamás las hayan recorrido. Su hallazgo puede sorprender gratamente al viajero.
Quien ha visitado la urbe sabe cuánto se agradecen estas escaleras, pues constituyen descanso para quien no está acostumbrado a las elevaciones y se enfrenta a las cuestas propias de la geografía matancera.  

 

jueves, 14 de mayo de 2020

De España a Matanzas... lo que cuentan las calles


Hay pequeños detalles que en la vorágine de la vida pasan desapercibidos. Solo cuando uno medita y comienza a cuestionarse los porqués asaltan a la vista esas curiosidades. Tal vez usted viva en la calle Daoíz (75) o en Velarde (73), o tenga algún familiar, vecino o amigo que resida en esta vía. Estas son dos calles paralelas en la ciudad de Matanzas que van desde el Río Yumurí hasta la calle 316.
 Pero… se ha preguntado por qué estás calles se llaman así.
Sin lugar a dudas en Matanzas se han quedado muy arraigadas las tradiciones españolas. Tanto es así, que por cada lugar por donde transita el visitante se encuentra la huella ibérica. Las calles son un vivo ejemplo. Le invento a reflexionar un instante en los nombres de las calles matanceras y verá como muchas de ellas poseen una historia que ata a la ciudad con su otrora metrópoli. Volvamos a las calles.
Sepa usted que Luis Daoíz y Torres y Pedro Velarde, fueron oficiales, exactamente capitanes de artillería del cuartel de Monteleón que se sumaron al levantamiento del 2 de mayo de 1808 contra las tropas francesas.
Aportaron al movimiento popular el espíritu de Estado Nacional para que se uniesen a ellos en contra de los franceses no sólo el pueblo de Madrid, sino el ejército y demás estamentos. Sin ningún tipo de refuerzos resistieron hasta la muerte sin apoyo de la Junta de gobierno ni de los propios militares, pero sí fueron uno de los ejemplos de los levantamientos posteriores al 2 de mayo de Madrid.
Por sus méritos, ambos tienen un grupo escultórico en la Plaza del Dos de Mayo de Madrid, lugar donde estuvo su cuartel, y en su honor se levantó el obelisco de la Plaza de la Lealtad, actualmente Monumento a los Caídos por España. Los leones de las Cortes que flanquean la entrada al Congreso de los Diputados, reciben popularmente el nombre de Daoíz y Velarde.
Así como también las calles matanceras, objeto de este análisis reflejan la historia de la ciudad en vínculo estrecho con la historia ibérica. Ah!, si usted es observador no dudo que se haya percatado de un detalle, la calle Dos de Mayo (298), también alude a los sucesos acontecidos en España. El tiempo ha corrido aceleradamente desde entonces y por mucho que se ha querido cambiar los nombres de antaño, los genuinos matanceros siguen llamando a sus calles Daoíz y Velarde. w

Pequeños Apuntes

¿Caminos de hierro en Matanzas?

Desde mi Atenas de Cuba