sábado, 20 de marzo de 2021

El Lince de Matanzas y de Cuba

 

Sebastián Alfredo de Morales fue uno de los botánicos más destacados del siglo XIX. Este científico, nacido en la capital, se convirtió en un matancero por los años de residencia en esta ciudad, y por las incontables actividades que desarrolló en beneficio de la tierra que lo acogió como a un hijo. 
 A principios de 1840 comenzó a dedicarse a la Paleontología y después se especializó en Botánica. Sebastián Alfredo de Morales fue el padre de la Botánica en Cuba por ser el primer científico nacido en Cuba especializado en esa rama del saber.
 Huérfano de padre y madre, comenzó a los 15 años a estudiar Crónica de prensa. En 1842, se trasladó a Matanzas, donde empezó a escribir. 
El Lince, uno de los seudónimos que utilizó como redactor en La Aurora de Matanzas cultivó la prosa y el verso, fue educador, periodista, político, sin dudas debe ser considerado científico cubano.
 En el periódico La Aurora de Matanzas comenzó su carrera de escritor público, al desarrollar una campaña contra los juegos de azar y otras lacras características de la administración colonial hispana en la Isla; también a partir de este momento, fue nombrado redactor de este diario hasta 1844.
 Según Calcagno, él trabajó conjuntamente con los hermanos José Jacinto y Federico Milanés, Miguel Teurbe Tolón y Gabriel de la Concepción Valdés (Plácido), entre otros escritores, para que La Aurora se convirtiera en el periódico más interesante de Cuba.
 De estos primeros años en la ciudad yumurina, es su poema Adiós a L. G. de C (1842), firmado por S. M. Solamer, otro de los seudónimos utilizados por él, del cual copiamos un fragmento: ¨

Adiós, mujer, no escucharás mis cantos;
 Presto a la tumba bajaré tranquilo.... 
¡Siento romperse de mi vida el hilo! 
¡Se acabaron del mundo los encantos!
 Las trabas que me ligan a la vida
 Fallando van, una, por una, ya....
 ¡De mi vida la llama pronta está 
Del pábilo á fugarse desprendida!
 ¨

El 13 de septiembre de 1842 El Lince publica en La Aurora, una especie de “hojeada a las noticias de Cuba”, a la que llama “Revista Jeneral” (sic).
 Más adelante, el 12 de octubre de este propio año 1842, apareció un comentario sobre la puesta en escena de una obra teatral en la ciudad de Matanzas y en el mismo “Lince”, demostró, además de conocimientos de la obra, condiciones para ejercer la crítica teatral: “La Sra. Armenta (doña Carlota) espresó con bastante felicidad las pasiones y candidez de Elvira, entusiasmando a los espectadores, hasta el punto de arrancar repetidos aplausos; y podemos decir que la ardiente y poética Elvira supo pagar los esfuerzos de Macías. La función concluyó a las nueve y media, terminando aquella con el conocido baile “La Cachucha” que desempeñaron con toda gracia y maestría la Sra. Armenta (Amalia) y los Sres. Robreño (D. Francisco) y Maíquez. La concurrencia no fue de lo mejor: atribuimos esto á “la retreta” y al baile de la Sociedad Filarmónica”. (sic)


 Por otra parte, el 30 de enero de 1845 escribe en la Aurora de Matanzas, Mácsimas (sic) un grupo de proverbios, reflexiones sobre diversos asuntos.

 Morales fundó el 2 de noviembre de 1864 la Sección de Ciencias Físicas y Naturales del Liceo Artístico y Literario de Matanzas. En 1862 ingresó en la Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana como corresponsal, distinción por no vivir en la capital.
 En 1865, colaboró con la creación del Instituto de Segunda Enseñanza, donde fue encumbrado catedrático interino de Ciencias Naturales. 
 Nombrado en 1873 agente especial de Cuba en Centro América, radicó en la ciudad de Bogotá, donde le otorgaron diploma de Profesor Titular del Instituto Homeopático de esa ciudad. Durante 3 años radicó en Barranquilla y vivió durante 9, en Venezuela.
Tras su regreso a Matanzas en 1896, practicó la Homeopatía por espacio de 16 años durante su vida.
 Falleció el 28 de abril de 1900 y fue sepultado en el Cementerio de San Carlos de la ciudad. 
Bibliografía:
Alfonso Portillo, Pedro Antonio (1854). Memorias de un matancero. Apuntes para la Historia de la Isla de Cuba con relación a la ciudad de San Carlos y San Severino de Matanzas. Matanzas: Imprenta de Marsal y Cía. 63 p. 
 Calcagno, Francisco (1878). Diccionario biográfico cubano. New York: Imprenta y Librería de Ponce de León. 727 p.
 Dollero, Adolfo (1919). Cultura cubana. La provincia de Matanzas y su evolución. La Habana: Imprenta de Seoane y Fernández
  Instituto de Literatura y Lingüística: Diccionario de la Literatura Cubana. (1980-1984). t II. Ciudad de La Habana: Editorial Letras Cubanas. p. 735-778. 
 Labraña, José M. (1940). La prensa en Cuba. En: Cuba en la mano. La Habana: Enciclopedia Popular Ilustrada. p. 649-786.
 Martínez Carmenate, Urbano (2007) Los puentes abiertos. Matanzas: Ediciones Matanzas. 279 p.
 Ruiz Rodríguez, Raúl (2001). Matanzas: Surgimiento y esplendor de la plantación esclavista (1793-1967). 1ra ed. Matanzas: Ediciones Matanzas.126p.
 Fuentes periódicas: La Aurora de Matanzas 1841-1845

domingo, 14 de marzo de 2021

De Matanzas a Camagüey: el escultor de La Libertad

Cuando me mudé a la ciudad de Camagüey y comencé a recorrer sus complicadas calles me costó trabajo llegar a los lugares. Al no conocer la ciudad y venir de una urbe donde las calles son perfectamente rectas y alineadas, recorría casi en círculo las arterias y en concreto no llegaba a mi destino.
 
En una de mis andanzas y después de mucho caminar llegué al Parque Ignacio Agramonte. Resulta inevitable pasar por este sitio y no detenerse a observar la magnificencia del monumento.
En un primer instante le encontré un notable parecido con mi referente más cercano el Parque de La Libertad matancero, sin embargo, en ese momento no descubrí lo que escondía la historia. Las curiosidades históricas nos atraen a muchos. Esos hechos paralelos que se tejen alrededor de una figura, una ciudad o un país resultan atractivos y sin lugar a dudas constituye un desafío investigarlos. 

Buscando detalles comunes entre la historia de la ciudad de Matanzas y Camagüey me encuentro con uno en particular que ha llamado mi atención.

El hecho en sí, precisamente, tiene que ver con los monumentos que mencioné al inicio: El Parque de La Libertad en Matanzas y el Parque Ignacio Agramonte en Camagüey. 
 ¿Qué los distingue y cuál es la similitud entre ambos? Quédate hasta al final y descubre la historia.
 
Foto tomada  de Radio 26, trabajo citado

En 1905 cuando en La Habana se levantaba el primer monumento a Martí en la Isla, un científico cubano, y médico del Apóstol, el Dr. Ramón Luis Miranda (1) concebía el proyecto de una estatua similar en el centro de Matanzas.
 Tanto quiso este ilustre médico una representación de Martí en la ciudad que con temor a no reunir el financiamiento necesario y ante la inminencia de su propia muerte, le solicitó, mediante un testamento a su hija Angelina Miranda de Quesada que: 
(…) si el monumento de Martí, en Matanzas, no hubiese reunido los suficientes fondos para su colocación, pongas lo que falte a mi nombre, para que quede debidamente instalado (…) (2)
 El Dr. Miranda y el escultor Buemi firmaron para la ejecución del proyecto, el día 11 de agosto de 1906, un contrato redactado por el encargado Negocios de Cuba en Italia, Dr. Carlos Pedroso. Como testigo de este acto estuvo presente el comerciante matancero, radicado en Europa, Enrique Soler y Baró. En Cuba “se creó una Comisión Organizadora presidida por el Dr. Miranda e integrada por prestigiosas figuras como Gonzalo de Quesada Aróstegui, Carlos Trelles y Govín, Enrique Barnet Roque de Escobar y el comandante del Ejército Libertador Luis Rodolfo Miran-da La Rúa, entre otras personalidades” (3).
 Rubricado por el escultor italiano Salvatore Buemi, el conjunto monumental se eleva sobre un pedestal de granito de Ravena de Lombardía, donde se inscribieron varias tarjas, en una de ella se señala al Dr. Ramón L. Miranda como el autor del proyecto. Se trata de dos monumentales esculturas. Una representa la Estatua de la Libertad simbolizada por una mujer con las cadenas rotas en sus manos y lanzando el grito de ¡Libertad! y coronando la escena, a más de cuatro metros de altura la figura de José Martí.
 En este sitio se implantaron las artísticas figuras, traídas desde Italia donde se esculpieron y fundieron, y se descorrió el velo encubridor el 24 de febrero de 1909. 

En cuanto a Salvatore Buemi, debe resaltarse que fue un escultor italiano que nació en Sicilia en 1860 y muere en 1916. Estudió en Roma, donde en 1890 comenzó a participar en numerosas exposiciones. En 1989 saltó a la fama en Turín con la exposición del escultor de los grupos de celebración incluido Masotto Dogali. 
Muy joven emigró a Estados Unidos. Buemi se especializó en la producción de esculturas de bronce, para retratar personas y héroes de las guerras, particularmente bustos. Se mantuvo apegado al realismo clásico. 
“ Su mayor reconocimiento en Italia lo alcanzaría con la obra en el cementerio de Messina; sobresalen asimismo los monumentos a Benedetto Brin en Livorno y a Felice Cavallotti en Nomi. En el monumento de Matanzas que corona la estatua de pie del mártir, sobresale por sus dimensiones y extremo dinamismo la figura del Triunfo de la Libertad ubicada en la cara anterior del pedestal, que porta en sus manos las rotas cadenas”. (4)

 La Libertad de Buemi en el Parque Agramonte de Camagüey (5)
 
Foto por  Adrián Juan Espinosa

En el corazón de la antigua Plaza de Armas de la ciudad de Camagüey se gestaba el proyecto del monumento a Ignacio Agramonte que tuvo diecisiete propuestas distintas que fueron sometidas a la Comisión o Junta para su evaluación. 
 Los miembros de aquella Junta la conformaron jueces muy capaces incluyendo a los señores Enrique Loret de Mola, Raul Lamar, el R.P. Santiago Ollé, Juan Albaigés, Orlando Freyre, Benito Rodríguez y Aurelio Barrios. El proyecto ganador fue el del escultor italiano Salvatore Buemi.
 Efectivamente, el mismo Salvatore Buemi que se había contratado en Matanzas para la creación del monumento a José Martí. Tras el consabido fallo, se firmó el contrato de ejecución de la obra que rubricaron el Sr. Raúl Lamar, por la Junta, y el artista Buemi. El hecho ocurría el 4 de junio de 1910.
 El legado cubano en Italia de la época Miguel Campos Caraveda, la rubricó igualmente en aquel país el primero de agosto del mismo año. El ingenio del italiano Salvatore Buemi, sobresalió en la convocatoria que tuvo propuestas de españoles, cubanos, mexicanos. 
Se dice que la estatua fue inspirada por la erigida a Bolívar en Caracas. El costo de su ejecución ascendió a 16.000 pesos, recaudados por suscripción popular durante diez años, gesto siempre respaldado por los directivos de la Sociedad Popular. La inauguración del conjunto escultórico camagüeyano realizado por Buemi sucedió el 24 de febrero de 1912. 
El mismo día que la inauguración del Monumento a José Martí en Matanzas, solo que tres años más tarde. “El entonces Presidente de la Popular, Walfredo Rodríguez Blanca, hizo entrega de la Obra al Alcalde, y el Dr. Alfredo Zayas y Alfonso, la recibiría a su vez de manos del burgomaestre, el Sr, Arturo Fernández” (6). 
 
Buemi en la Habana 
 Otra de las obras de Buemi en Cuba es la del Ángel Rebelde, descrita como la segunda escultura en el mundo alegórica a Satanás, ubicada en el Capitolio.  

Trabajos relacionados: http://www.juventudrebelde.cu/columnas/lecturas/2017-01-21/el-diablo-de-la-habana  
https://www.radio26.cu/2019/03/06/la-copia-mas-fiel-del-rostro-de-marti-110-anos-del-conjunto-escultorico-del-parque-de-la-libertad/ 
 
Referencias: 
 1. Ramón Luis Miranda Torres nació en Matanzas el 29 de julio de 1836. Muy niño se trasladó junto a sus padres a La Habana e ingresó en el colegio El Salvador, dirigido por José de la Luz y Caballero. Estudió Medicina, en Cuba los dos primeros cursos, luego viajó a Madrid y París, donde se graduó en 1861. Se destacó como un eminente médico en varios campos de esta ciencia. Amigo personal de Martí y su último médico; su hija Angelina estaba casada con Gonzalo de Quesada Aróstegui. Ambos acordaron con él escultor italiano Salvatore Buemi la realización de esta obra.
 2. Yoel Cordoví Núñez (2012): Magisterio y nacionalismo en las escuelas públicas de Cuba 1899-1920. Editorial de Ciencias Sociales. La Habana. En: Morales Tejeda, Aida Liliana. De memorias y monumentos. La iconografía martiana en la República. Revista de la Biblioteca Nacional de Cuba José Martí. Año 109, NO. 1. pág. 284.
 3. Véase Atenas, Portal de la cultura matancera, en http://www.atenas.cult.cu/parquelibertad
 4. Rodrigo Gutiérrez Viñuales (2004). Monumento conmemorativo y espacio público en Iberoamérica. Disponible en: https://www.researchgate.net/publication/261913349_Monumento_conmemorativo_y_espacio_publico_en_Iberoamerica
   5. Se consultó el trabajo Del Monumento a Ignacio Agramonte, en Camagüey. Del autor Carlos A. Peón-Casas. En: Blog Gaspar, El Lugareño, publicado el 24 de febrero de 2021. Disponible en: http://www.ellugareno.com/2020/07/delmonumento-ignacio-agramonte-en.html?m=1 6. Ídem

 Bibliografía:
 Calcagno, Francisco (1878). Diccionario biográfico cubano. New York: Imprenta y Librería de Ponce de León. 727 p. 
Dollero, Adolfo (1919). Cultura cubana. La provincia de Matanzas y su evolución. La Habana: Imprenta de Seoane y Fernández Gutiérrez Viñuales, Rodrigo (2004). Monumento conmemorativo y espacio público en Iberoamérica. Editor Cátedra. Disponible en: https://www.researchgate.net/publication/261913349_Monumento_conmemorativo_y_espacio_publico_en_Iberoamerica
 Hodelín Tablada, Ricardo y Fuentes Palier, Damaris (2006): “Dr. Ramón Luis Miranda Torres, médico de Martí, prototipo del médico de familia”, en Revista Cubana de Medicina General Integral. Disponible en: http://bvs.sld.cu/revistas/mgi/vol22_3_06/mgi21306.htm#autor Morales Tejeda, Aida Liliana. De memorias y monumentos. La iconografía martiana en la República. Revista de la Biblioteca Nacional de Cuba José Martí. Año 109, NO. 1. pág. 284. 
Ruiz Rodríguez, Raúl (2001). Matanzas: Surgimiento y esplendor de la plantación esclavista (1793-1967). 1ra ed. Matanzas: Ediciones Matanzas.126p.

Pequeños Apuntes

¿Caminos de hierro en Matanzas?

Desde mi Atenas de Cuba