domingo, 17 de enero de 2021

El Paganini matancero

Josè White, violinista y compositor matancero considerado uno de los músicos más famosos de su siglo. En el diccionario biográfico, Calcagno (1878) escribe: “Este notable violisnista pardo ha sido con razón denominado el Paganini cubano y hasta ahora en su instrumento solo ha tenido en Cuba dos dignos rivales” (1). 

Entre las obras más importantes de su autoría se encuentra La bella cubana. Su nombre completo es José Silvestre de los Dolores White Laffite. 

Cuando cumplió los diecinueve años de edad, ya conocía y tocaba dieciséis instrumentos musicales, entre ellos, el violín, la viola, el violoncello, el contrabajo, el piano, la guitarra, la flauta, el corvetín y la trompa. 

Hijo de Carlos White, dominicano de origen y que pertenecía a una familia de emigrados y María Escolástica Laffita, mulata criolla. Como fruto de las relaciones entre White y María Escolástica nacieron cuatro hijos: Isabel, Francisca, Concepción y José Silvestre. 

José Silvestre de los Dolores White y Laffita nació el 31 de diciembre de 1835, según consta en los archivos de la Catedral de Matanzas (2). En 1840, con solo cinco años, inició sus estudios con su padre, Carlos White. La enseñanza del instrumento la inicia a los ocho años con el músico mulato José Miguel Román, quien era director de la orquesta que tocaba en la iglesia de la ciudad. 

A partir de 1844 sigue sus clases con Pedro Haserf. Se conoce que desde 1850 White estrenó obras musicales, sobre todo en celebraciones relacionadas con la iglesia. 

La música popular ocupará otro lugar preponderante en el proceso de maduración del compositor, a través del cultivo de los géneros bailables. Como evidencia de actividades realizadas por White referidas a esta variante de la música popular quedan entre otras, las reseñas en La Aurora de Matanzas, del sábado 24 de septiembre de 1853 en las secciones Revista Local y Diversiones. 



En1854 efectúa su primer concierto en el Teatro Principal de Matanzas sito en la calle de Manzano y Ayuntamiento acompañado por el célebre pianista norteamericano Luis M. Gottschalk. Constancia sobre este hecho la ofrece la investigadora María Victoria Oliver: 

“…en el gran concierto que ofreció en Matanzas el célebre pianista Gottschalk la noche del 21 de mayo de 1854, tocó con este virtuoso la fantasía sobre temas de Guillermo Tell de Osborne y Beriot, el Carnaval de Venecia y una melodía sobre aires cubanos, de su autoría”. (2)

 En julio de 1856, ganó el primer premio de violín en el Conservatorio de París, con lo cual quedó consagrado definitivamente en la aristocracia de los virtuosos del violín. En 1859 regresó a su ciudad natal para ofrecer una serie de conciertos acompañado por el pianista Adolfo Díaz, y escribió Fantasía cubana, y el Estudio núm. 6, op. 13 para violín; La bella cubana y Bolero de concierto.

 El 4 de octubre de 1860, ofreció concierto en Matanzas; después regresó a París. White compone en 1864 su Concierto en fa menor, para violín y orquesta, que estrena en la Sala Herz de París el 3 de marzo de 1867 y en 1872 estrena su cuarteto de cuerdas. En 1874, White realiza su último viaje a Cuba; en 1875 ofrece un concierto en el Teatro Sauto de Matanzas y en Santiago de Cuba actuó en febrero y marzo. 

De regreso a La Habana, se presenta, acompañado por el pianista Guerrero, el 4 de abril en el teatro Tacón de La Habana. Estas fueron sus últimas presentaciones en Cuba. En todos estos conciertos participó el pianista y compositor cubano Ignacio Cervantes.

 De Cuba se traslada a México, y allí se presenta, en el Teatro Nacional de Ciudad México y en otros teatros importantes de este país. El 20 de octubre de 1875, White llega a Nueva York, donde se presenta, acompañado por Ignacio Cervantes, en el Steinway Hall. 

En julio de 1876 participa en los festejos por el centenario de la Guerra de Independencia de Estados Unidos. Más tarde regresa a París, donde en noviembre reanuda sus actividades artísticas.

 En 1877 emprende un periplo por América Latina, que lo llevará a Panamá, Venezuela y Perú. A fines de febrero de 1878, llega a Valparaíso, y de allí se traslada a la capital, Santiago de Chile, país en el que escribe su Zamacueca. En 1879 viaja a Argentina, donde se presenta en el teatro Colón de Buenos Aires; después se traslada a Uruguay, y allí actúa el 29 de julio en el teatro Solís de Montevideo. 

En noviembre del mismo año se traslada a Río de Janeiro, Brasil, país en el que permanecerá durante quince años, en el que desarrolla una intensa vida social y artística. Aquí actúa en el Teatro Imperial, el Club Beethoven, junto al pianista Arturo Napoleón, con quien funda la Sociedad de Conciertos Clásicos, es nombrado director del Conservatorio Imperial de Música, miembro de la Academia de Arte de Brasil, y actúa como director.

 White, tras una ausencia de quince años, se dirige a París, y reanuda de nuevo sus actividades artísticas. El 26 de julio de 1890 viaja a Londres, Inglaterra, para presentarse en el Castillo Osborn. En 1891 fue jurado del Concurso del Conservatorio de París, junto a Charles-Louis Ambroise Thomas, Berthelier, Nadaud y Théodore Dubois. 

En años sucesivos formará parte del jurado de este Concurso. También actuó como jurado en 1911 y 1912, en los concursos del Conservatorio Real de Bruselas, Bélgica. Roma lo acoge en 1893, en un breve viaje. Regresa a París, donde trabaja como profesor interino de la clase de Martin-Pierre-Joseph Marsick, a quien en ocasiones sustituía cuando este hacía giras por otras partes de Europa y Estados Unidos. 

En 1911, viaja a Roma, invitado para participar en el Congreso Internacional de Música. 

 En relación con los últimos días de White, la investigadora María Victoria Oliver (3) plantea:

 “Aún existen puntos obscuros en el estudio historiográfico de la vida de White. Se desconoce la causa por la cual se certifica la defunción del afamado violinista y compositor; durante mucho tiempo incluso, se dudó de que el cuerpo de White se hallara en Francia pues no se había podido localizar su tumba. Hoy podemos asegurar que los restos del matancero se encuentran sepultados en el Cementerio de Boulogne Sur Seine, gracias a la colaboración de la Señora Sabine Faivre D´Arcier quien en 1988 hizo llegar a nuestro país unas fotos de la tumba de White” fallecido en París, el 12 de marzo de 1918, a la edad de ochenta y dos años. 

Referencias:

 Calcagno, Francisco (1878). Diccionario biográfico cubano. New York: Imprenta y Librería de Ponce de León. 727 p. 

Trujillo Lima Iraida y Oliver Luis, María Victoria. “José White”. (s/a). Material en formato Word. 94 p 

Ramírez, Serafín. La Habana Artística. La Habana. Imprenta E.M. de la Capitanía General. 1891. P176. En: Trujillo Lima Iraida y Oliver Luis, María Victoria. “José White”. (s/a). Material en formato Word. 94 p En: Trujillo Lima Iraida y Oliver Luis, María Victoria. “José White” (s/a) Material en formato Word. 94 p.

 Fuentes consultadas: Alfonso Portillo, Pedro Antonio (1854). Memorias de un matancero. Apuntes para la Historia de la Isla de Cuba con relación a la ciudad de San Carlos y San Severino de Matanzas. Matanzas: Imprenta de Marsal y Cía. 63 p. 

Calcagno, Francisco (1878). Diccionario biográfico cubano. New York: Imprenta y Librería de Ponce de León. 727 p. 

 Martínez Carmenate, Urbano (2007) Los puentes abiertos. Matanzas: Ediciones Matanzas. 279 p. Ponte Domínguez, Francisco J. (1959).

 Matanzas: biografía de una provincia. La Habana: Imprenta El Siglo XX. Quintero y Almeida, José M. (1878). Apuntes para la historia de la Isla de Cuba con relación a Matanzas. Impresos Ferrocarril.

 ---------------------------------------- (1881). Apuntes Históricos de Matanzas: Imprenta El Ferro-Carril. 97 p. La Aurora de Matanzas 1850 a 1853

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